¿Hasta dónde quieres llegar?

Alguna vez te has preguntado: ¿Hasta dónde quieres llegar?

Probablemente en este punto de tu vida tengas una idea clara de las cosas que quieres hacer a futuro, dónde quieres trabajar y cómo te visualizas, o por el contrario puede que te sientas un poco perdido y quizás aun no tienes bien claro hacia dónde te diriges. Cualquiera que sea tu caso este es un buen momento para preguntarte ¿Hasta dónde quiero llegar?

Por lo general cuando alguien nos pregunta por algún defecto o cuestión negativa sobre nosotros mismos encontramos respuesta con suma rapidez, creemos ser bastante conscientes de las cosas que no podemos hacer o en las que estamos mal. Estas respuestas por lo general tienen que ver más con una cuestión de percepción personal que de verdadera imposibilidad.

Formamos nuestra percepción a partir de nuestras experiencias, pero tendemos a darle más peso a lo que la gente dice de nosotros. Nos encajonamos y limitamos en cercos invisibles hechos a partir de la opinión pública, adoptamos etiquetas y estereotipos prefabricados unas veces por gusto y otras por que nos lo imputan. No significa que esté mal escuchar la opinión de nuestros allegados, sino que muchas de las veces unas etiquetas entran en conflicto con otras y nos privamos de hacer, decir o experimentar algo por que estas no se llevan entre sí ¿Cómo puedo ser uno si los demás dicen que soy otro?

Otras veces sucede que nos planteamos metas u objetivos bastante impactantes pero poco factibles y esto a la larga termina por frustrarnos y pensar “esto no es para mí” desdeñarlo y jamás volverlo a intentar. Esto empeora si nuestros objetivos los hacemos a partir de otra persona, por competencia o comparación. Cada quien tiene habilidades diferentes y distintas formas de aprendizaje, por tanto no es una medida válida para tus propios fines.

Tu potencial depende de ti, tú eres quien decide hasta dónde quieres llegar, nadie te conoce mejor de lo que tú mismo puedes llegar a conocerte. Esto implica hacerte responsable de tus faltas así tal como de tus aciertos. Conocer tus límites te ayudará a ser consciente de tu potencial, qué puedes hacer y en qué necesitas más aprendizaje, más entrenamiento o más práctica para poderlas realizar. Las cosas no se resolverán si tú no te decides a hacerlo, nadie hará las cosas por ti. ¡El mejor momento para empezar a hacer las cosas es ahora mismo!

Y tu… ¿Hasta dónde quieres llegar?

(Artículo publicado originalmente en Semanario PanoramaTec 2014)